Los nuevos estilos arquitectónicos están casi siempre asociados a la evolución social, tecnológica y política del momento. Lo mismo ocurre con los estilos arquitectónicos del siglo XX. En particular, el avance de la industrialización y los logros tecnológicos cambiaron las posibilidades, el lenguaje y las exigencias del arte constructivo. Esto dio lugar a movimientos arquitectónicos cuyas características y enseñanzas influyen incluso en la arquitectura actual.
Desde el punto de vista arquitectónico, el siglo XX puede dividirse en tres periodos, que se resumen bajo el término genérico de "arquitectura moderna":
Padres de la arquitectura moderna: aprox. entre 1900 y 1920.
Arquitectura moderna (también denominada "Arquitectura contemporánea" o "Clásico moderno"): aprox. entre 1920 y 1968
Posmodernismo: aprox. entre 1968 y hasta la actualidad
Cada una de estas fases comprende diferentes corrientes y estilos arquitectónicos que se sucedieron durante un periodo de tiempo relativamente corto y que incluso a veces co-existieron.
Tras la opulencia y la extravagancia del siglo XIX, los estilos vanguardistas de los "Padres de la arquitectura moderna" representaron un contrapunto al historicismo y su estética ostentosa.
Con una combinación de métodos funcionales y arte, el Modernismo se convirtió en una especie de precursor de la arquitectura moderna a principios del siglo XX. A través de representantes como Antoni Gaudí, Otto Wagner o Josef Hoffmann, el movimiento artístico vivió su apogeo como estilo arquitectónico entre 1890 y 1910.
Las características del Modernismo:
Idea: combinación de estética y funcionalidad en un concepto artístico global que abarcaba no solo el método constructivo sino también el diseño interior
Construcción: formas y superficies predominantemente geométricas
Simbolismo: representaciones del mundo animal y de las fábulas, adornos florales, líneas fluidas
Materiales: piedra arenisca para el diseño de la fachada
Carácter: innovador y original
Entre 1910 y 1925 se desarrolló en el centro y el norte de Europa un estilo arquitectónico que intentaba expresar las emociones de los arquitectos. El expresionismo se aleja de la objetividad pura y del racionalismo del funcionalismo, que va ganando terreno. Los representantes más conocidos de la época arquitectónica expresionista son Erich Mendelsohn, Fritz Höger, Hans Poelzig y Bruno Taut.
Las características del expresionismo:
Idea: expresión de sentimientos a través de los medios arquitectónicos
Construcciones: esculturas abstractas y monumentales, en ocasiones exagerando las formas a través de ángulos puntiagudos, curvas y perfiles
Diseño: fachadas con adornos, relieves y esculturas
Materiales: ladrillo, clinker
El funcionalismo describe una nueva forma de pensar en la arquitectura y de él surgieron otros movimientos arquitectónicos del siglo XX. Los arquitectos y diseñadores se centraban en la finalidad y la utilidad de los edificios. Sus pioneros y representantes como Le Corbusier perseguían principios de diseño que se guiaban por la razón y la lógica. Después de la Segunda Guerra Mundial, el funcionalismo fue adquiriendo importancia durante la reconstrucción y abarcó cada vez más conceptos de planificación urbana en las décadas de los cincuenta y los sesenta.
Los bloques de apartamentos de hormigón armado se convirtieron en los precursores de los posteriores edificios prefabricados de hormigón.
Las características del funcionalismo:
Idea: enfoque en los aspectos técnicos y funcionales
Construcción: sencilla, formas funcionales
Materiales: materiales de construcción modernos como el hormigón pretensado, el vidrio y el acero
Carácter: imagen general minimalista; objetividad moderna
La Bauhaus contribuyó a que el funcionalismo se abriera paso a nivel internacional. Lo que comenzó como un experimento se convirtió en el movimiento estilístico más influyente de Alemania. Aunque la Escuela de la Bauhaus solo existió durante 14 años —entre 1919 y 1933— marcó como ninguna otra los movimientos arquitectónicos posteriores. Entre sus representantes más populares se encuentran antiguos profesores como Ludwig Mies van der Rohe, Marcel Breuer y el fundador de la Bauhaus, Walter Gropius. En la actualidad, los propietarios de los edificios demandan más que nunca la arquitectura de la Bauhaus y siempre se está reinterpretando y aplicando de vibrante forma.
Las características del estilo Bauhaus:
Idea: combinación de industria, ciencia y artesanía
Teoría: “Form follows function” (la forma sigue a la función) y “Less is more” (menos es más)
Construcción: formas geométricas y cúbicas básicas, disposición clara mediante superficies rectilíneas
Materiales: acero, vidrio y hormigón
Colores: colores complementarios y primarios
Carácter: “frialdad cultivada”, sencillez y ausencia de adornos
Con el International Style, las ideas del funcionalismo y la Bauhaus se internacionalizaron a partir de los años veinte. El movimiento arquitectónico trasladó y cimentó los principios de la arquitectura objetiva y funcional en los diseños de los edificios de todo el mundo. Los rascacielos y los edificios de oficinas de International Style siguen caracterizando el perfil de numerosas metrópolis de Europa y Estados Unidos.
Las características del International Style:
Idea: funcionalidad y utilidad en un espacio limitado
Construcción: alternancia de superficies simétricas y asimétricas, elementos cubistas, techo plano
Diseño: renuncia a los detalles representativos y a la ornamentación, superficies acristaladas de gran formato para garantizar una abundante luminosidad en la zona interior
Materiales: materiales constructivos industriales como acero, vidrio y hormigón; yeso blanco, revestimiento de madera para la fachada
Características especiales: elementos de construcción visibles como muros de hormigón sin revestir, vigas de acero, cables de alimentación y tuberías vistos
La arquitectura orgánica también se conoce como “arquitectura antroposófica” porque situaba al ser humano en el centro de los diseños. Los edificios de este movimiento arquitectónico debían integrarse de la forma más auténtica posible en el paisaje del entorno. Junto al fundador de la antroposofía, Rudolf Steiner, arquitectos como Frank Lloyd Wright, Antonio Gaudí y Hugo Häring tomaron la naturaleza como modelo entre 1920 y hasta cerca de 1970. Una obra típica de construcción orgánica es el Goetheanum, el edificio de la Sociedad Antroposófica General y de la Escuela de Ciencia Espiritual situado cerca de Basilea, en Suiza.
Las características de la Arquitectura Orgánica:
Idea: el ser humano en el centro de los diseños, se utiliza la naturaleza como modelo
Construcción: estructura de cueva con formas y curvas esculturales, formas fluidas y dinámicas y espirales e irregularidades sin lógica matemática calculable
Simbolismo: símbolos que se acercan a la naturaleza como las conchas de caracol, las hojas y los árboles
Materiales: materiales de construcción naturales y no tratados, como la arcilla, la piedra y la madera maciza, así como pinturas y barnices de base natural como la cal
Colores: colores naturales apagados, tonos tierra y pastel
Las crecientes críticas a las rígidas convenciones del funcionalismo fueron la antesala al cambio de tendencia en la década de los ochenta. Las nuevas tecnologías dieron pie a nuevos procesos de diseño y construcción que desembocaron en estilos experimentales como el Brutalismo y el Deconstructivismo.
Como estilo arquitectónico, el Deconstructivismo no solo implica el “desmontaje” de las construcciones, sino sobre todo un desarrollo de los métodos constructivos habituales del Posmodernismo. Se considera que el padre de este movimiento es Frank Gehry, quien diseñó su residencia privada según los principios deconstructivistas ya en 1988. Zaha Hadid, Bernard Tschumi y Daniel Libeskind también diseñaron obras con rasgos típicos de este movimiento arquitectónico. A día de hoy, los edificios destacan por sus elementos libremente dispuestos y en forma de collage.
Características del Deconstructivismo:
Idea: alejarse de la armonía renunciando a las líneas rectas, a la geometría y a la simetría; romper con los métodos de construcción habituales del Posmodernismo
Construcción: sin orden fijo y con paredes aparentemente torcidas, distorsionadas o inclinadas y superficies inestables
Materiales: hormigón, acero y vidrio
Carácter: surrealista y abstracto, los edificios parecen esculturas artísticas
Además de los siete estilos arquitectónicos presentados, en el siglo XX surgieron otros numerosos movimientos. En particular, las obras del Funcionalismo y la Bauhaus siguen considerándose en la actualidad atemporales, elegantes y clásicamente modernas, por lo que no es de extrañar que los principios y características de estos movimientos arquitectónicos sigan estando presentes en los diseños contemporáneos.