Los pernos de presión se utilizan junto con los contactos magnéticos para controlar el cierre de las ventanas.
Los contactos magnéticos solo controlan la apertura, pero no el cierre, de las ventanas y las contraventanas. El contacto magnético detecta una ventana entreabierta como cerrada.
Los pernos de presión montados en el marco de la ventana mantienen la ventana lo suficientemente entreabierta como para que el contacto magnético indique que una ventana está abierta.
Las designaciones tienen el siguiente significado:
Activación interna: el usuario está presente. Solo se evalúan los detectores asignados al grupo de detectores externo (grupo 1). Los detectores del grupo interno no se tienen en cuenta.
Activación externa: el usuario está ausente. Se evalúan todos los detectores.
Ejemplo: una vivienda unifamiliar está equipada con una central de alarmas Gira. A ella están conectados detectores de movimiento dentro de la casa y también en el jardín y en la entrada. También cuenta con sensores de rotura de cristales en las ventanas. Los detectores de movimiento de la casa pueden servir para detectar a los intrusos que quieran acceder a la casa cuando toda la familia esté ausente. En este caso, todos los demás detectores y sensores (incluidos los exteriores) también deberán detectar la presencia de personas no autorizadas. Por lo tanto, la central de alarmas debe activarse externamente cuando la familia salga de casa. Si la familia está en casa, los detectores de movimiento de la vivienda no serán necesarios. Sin embargo, los detectores de movimiento y, en el peor de los casos, también los sensores de rotura de cristales deben continuar detectando a las personas no autorizadas que se cuelen en el exterior de la propiedad. Por lo tanto, el panel de control se debe activar internamente.
En la puerta de la casa o de la vivienda se instala una cerradura de bloqueo en lugar de una cerradura con cerrojo convencional. Se acciona con un cilindro de cierre convencional. La cerradura de bloqueo puede utilizarse para abrir o cerrar la puerta y, al mismo tiempo, para activar o desactivar el sistema de alarma. Por regla general, la puerta se bloquea mecánicamente al girar el cerrojo con una vuelta. La segunda vuelta activa la central de alarmas. Para activarla, se debe saber si el sistema está listo para la activación, es decir, si todos los detectores están cerrados. En este caso, se activa una bobina en la cerradura de bloqueo que permite dar una segunda vuelta a la cerradura. Si el sistema de alarmas aún no ha confirmado que todo está listo para la activación, por ejemplo, porque una ventana sigue estando abierta, la segunda vuelta de la llave se bloquea mecánicamente. La información listo para la activación se transmite a la cerradura de bloqueo a través de la central de alarmas. El contacto de activación de la cerradura de bloqueo también está conectado a la central de alarmas. Del mismo modo, solo se puede entrar a la zona de seguridad tras desactivarla a través de la cerradura de bloqueo.
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