… hay que tener buenas ideas. Con esta filosofía, los arquitectos de LoCa Studio se lanzaron a la labor de poner en práctica un concepto gastronómico en el Carrer de la Marina, uno de los ejes principales de Barcelona, a medio camino entre la playa y la Sagrada Familia. El pequeño local, situado en una esquina, mide solo 65 m2 en los que, además de la zona de comensales, también tenían que caber la cocina y los lavabos. ¿Qué hicieron los planificadores, conscientes de las condiciones climáticas de la metrópolis catalana? Abrieron el espacio. Uno de los principales ardides fue la apertura de las fachadas con grandes ventanales de guillotina que se pueden abatir y subir por completo. Debajo de ellas instalaron superficies de asiento de madera de doble anchura, que se pueden dividir por la mitad con separadores de uso flexible en una zona de asientos interior y otra exterior. Esto proporciona espacio (de asiento) y también confiere al local un aspecto de mayor amplitud.
Para ahorrar más espacio y, al mismo tiempo, favorecer la sociabilidad, los planificadores dispusieron la cocina, el aparador y la entrada en un eje: todo se ve y se reconoce de inmediato. La pequeña cocina abierta diseñada a modo de puesto de mercado causa buena impresión y el bar hace también las veces de mobiliario del comedor. No hay barreras entre los clientes y el personal, por lo que estos últimos son percibidos más bien como anfitriones, cercanos y accesibles pero nunca entrometidos. De esta forma, La Mal Dita también se aleja de encasillamientos convencionales. ¿Es un restaurante, una cafetería, un bar o un punto de encuentro para autóctonos y visitantes? Probablemente un poco de todo: un lugar de encuentro de la gente en un experimento gastronómico, social y estético.
El moderno interior, despejado pero con algunas sorpresas, también favorece un ambiente comunicativo. Por ejemplo el techo, con una capa aislante de celulosa a la vista y del que cuelgan sobrios tubos fluorescentes, los suelos industriales de hormigón y las vigas de hormigón parcialmente abiertas. Los muebles de madera clara o algunas de las paredes con azulejos de estilo castellano, así como los toques coloridos de muebles o tabiques de separación ofrecen un contrapunto cálido y acogedor. En este estilo tan moderno también se integra a la perfección la selección de interruptores y bases de enchufe de Gira, con una combinación de la gama Gira Studio de montaje en superficie en cristal negro y el Gira E2 original de diseño en negro mate, que completan La Mal Dita convirtiéndola en un pequeño portento que conquistará Barcelona en un instante.
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