¿En qué estilo de vida se reconoce?
Colores pastel, superficies toscas y el sabor de los espacios vividos: estas son algunas de las características que distinguen el estilo de la casa de campo moderna.
Amplios campos, prados verdes y un rincón acogedor a la sombra de un manzano: en tiempos convulsos, mucha gente sueña con bajar el ritmo, con volver a los orígenes. Pocos son los afortunados que tienen su propia casa en el campo, pero tampoco es imprescindible: con el estilo "casa de campo" podrá darle a su hogar ese encanto incomparable aunque no viva en una granja rodeada de verde.
Además de materiales naturales como la madera, el ratán, la piedra, la cerámica y los esmaltes, son característicos de este estilo tradicional las antigüedades y los objetos de colores vivos encontrados en mercadillos. Y es que el encanto de la casa de campo reside sobre todo en las huellas que el uso ha dejado sobre los muebles. Colores desvaídos, cuero curtido por el paso del tiempo, arañazos en mesas y encimeras: en este ambiente cabe todo lo que tenga una historia que contar. Pero el estilo de la casa de campo no solo es auténtico, rudo, sino también acogedor y juguetón.
Dibujos de flores y esmalte sobre frágil porcelana, coloridos arreglos florales, adornos y estampados tradicionales como los cuadros, los lunares o las rayas le dan un toque de ligereza al estilo rústico. El complemento perfecto: sutiles tonos naturales y pastel. Otros colores típicos del campo son el blanco lana, el amarillo claro o el sobrio azul oscuro. Pero también se admiten tonos metálicos: complementos como portavelas o jarrones de latón o de cobre le añaden al interior un toque de nostalgia. Y, por supuesto, hay una cosa que no puede faltar: un sofá grande y cómodo con un montón de cojines y sillones a juego que creen el escenario perfecto para disfrutar de una velada acogedora.
¿En qué estilo de vida se reconoce?